No importa lo que se haya vivido, no importan los errores que se hayan cometido, no importan las oportunidades que se hayan dejado pasar, no importa la edad; siempre estamos a tiempo
para decir “basta”, para oír el llamado que tenemos de buscar la
perfección, para sacudirnos el cieno y volar muy alto y muy lejos del
pantano.